¿Alguna vez has querido comprar algo saludable y terminaste confundido frente a la etiqueta? Si vives con diabetes o buscas controlar tu peso, leer correctamente una etiqueta nutricional puede hacer toda la diferencia. No necesitas ser nutriólogo, solo saber dónde poner atención.
En primer lugar, revisa el tamaño de la porción. Muchos productos parecen bajos en azúcar o grasa, pero eso es por porción, y tú podrías estar comiendo el doble sin darte cuenta. Elige productos con menos de 5 g de azúcar por porción y al menos 3 g de fibra: eso te ayudará a mantener tus niveles de glucosa estables.
Evita ingredientes como jarabe de maíz de alta fructosa, grasas trans o aceite vegetal parcialmente hidrogenado. Aunque el empaque diga “sin azúcar”, revisa si tiene alcoholes de azúcar o edulcorantes que también impactan tu digestión.
No te dejes llevar por frases como “natural” o “bajo en grasa”. Lo más importante es el contenido nutricional real, no el marketing. Empieza con productos que conozcas bien y compara entre marcas para elegir lo mejor.
Una vez que aprendes a leer etiquetas, tomar decisiones saludables es más sencillo.
Aprende a leer etiquetas sin enredarte: una herramienta clave para tu salud
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